Terry Schiavo (III)
(La Gaceta de los Negocios, 25 de marzo de 2005 - Ramón Pi). Si, como parece, Terri Schiavo acaba muriendo de hambre y sed con la complacencia de las autoridades judiciales norteamericanas, habremos bajado un peldaño más por el despeñadero de la negación de nuestra civilización, que se apoya en el respeto a la dignidad humana, de cada individuo humano, esencialmente igual a los demás por el solo hecho de pertenecer a la estirpe humana y de estar vivo, al margen de cualquier otra circunstancia. Terri Schiavo ha dejado de merecer la protección de la ley en una sociedad que se llama civilizada: está demasiado enferma, no merece vivir más y se la deja de alimentar.Éste de ahora no será el primer peldaño: empezamos a precipitarnos hacia la barbarie desde hace casi medio siglo con las leyes sobre aborto provocado. Lo de ahora es, como digo, sólo un nivel más de degradación, porque se establecerá la desprotección de según qué seres humanos adultos dejando atrás el pretexto hipócrita de la frontera del nacimiento para que el respeto a cada individuo esté protegido por la ley.
Al final de la película Vencedores o vencidos, el juez Ernst Janning, que había sido colaborador de Hitler, trata de lograr la indulgencia del magistrado americano que lo condenó diciéndole que jamás pudo imaginar que se llegaría a lo que se llegó. La respuesta que recibe es que a aquellos abismos de abyección se llego el primer día que Janning dicto una sentencia injusta a sabiendas. Ahora estamos en pleno despeñadero.
Terri Schiavo no es sino la personificacion de este momento. Pero seres depravados como Peter Singer y otros partidarios de la eugenesia neonazi ya llevan tiempo tratando de establecer el desarrollo teórico que nos conduzca al fondo de este precipicio.